SIMBOLISMO.
El término simbolista procede del ámbito literario. El primero en utilizarlo fue el poeta Jean Moréas en 1885 en su "Manifiesto Simbolista" y posteriormente se aplicó a la nueva pintura ya que las intenciones de los poetas y los pintores eran semejantes.
El Simbolismo es un movimiento literario y de artes plásticas que se originó en Francia en la década de 1880, paralelo al post-impresionismo, y que surgió como reacción al enfoque realista implícito en el Impresionismo. Tanto el Impresionismo, como el idealismo y el naturalismo académico se habían identificado con los problemas contemporáneos, políticos, morales e intelectuales. Los artistas de 1885 disgustados por la incapacidad de la sociedad para resolver estos problemas buscaron nuevos valores basados en lo espiritual. Desean crear una pintura no supeditada a la realidad de su momento, rechazan lo que trae consigo la vida diaria, la aglomeración, la actividad industrial y la degradación.
PINTORES DEL SIMBOLISMO:
a). GUSTAVE MOREAU (1826-1898): “Fue el patriarca de la pintura que a partir de tonos planos remonta a un color empastado y exuberante con gruesos pegotes y textura de relieve”.
Se le puede considerar el precursor del Simbolismo. Se caracteriza por un lenguaje formal de extraordinaria riqueza ornamental y cromática. Trabajó el pigmento con texturas muy gruesas, por lo que la superficie resulta irregular. El mundo de Moreau está poblado de adolescentes andróginos, mujeres fascinantes y perversas y personajes extraídos de la Historia Sagrada que se convierten en eres humanos o mitos clásicos. Desde el punto de vista pictórico configuró un estilo muy libre. Modificó la técnica académica, trabajó el pigmento con texturas muy gruesas, por lo que la superficie resulta irregular. Practica cortes bruscos de color. En algunos fragmentos casi se ve un antecedente de la abstraccion por su pincelada y uso del color. Sus obras fueron bien recibidas, además tienen importancia a nivel didáctico ya que en ellas estudiaron muchos pintores que serían genios de la vanguardia posterior.En las primeras obras de Moreau son destacables las influencias de Ingres, en el tratamiento de la anatomía, especialmente masculina, y de Delacroix, en cuanto a la elección de temáticas exóticas, a través de su mentor Théodore Chassériau, quien había sido discípulo de ambos. Con el tiempo, la obra de Moreau va concediendo menor importancia a la línea y más al colorido. De su última etapa, se conserva en el museo Moreau una serie de acuarelas que la crítica contemporánea considera muy próximas a la abstracción. Algunas características que pueden considerarse generales en sus obras son:
1. Pintura de corte literario, recreando mundos orientales como Bizancio o Persia.2.Presencia de lo amenazante, hay tensión y angustia.3.Ambientación mitológica. OBRAS:
1. LA APARICION: En La aparición se narra la aparición de la cabeza de San Juan Bautista a Salomé. Es una obra de contenido religioso, sin embargo, la figura femenina posee una gran sensualidad y representa a la mujer fatal. El tema es de lo más clásico y conocido: la princesa Salomé ha conseguido la decapitación de San Juan Bautista por la danza que ha interpretado para Herodes. En el cuadro, la cabeza cortada del mártir se aparece a la princesa como un recordatorio de su acto, ante el arrepentimiento de la joven. Todo en el lienzo es fantástico e irreal. Las arquitecturas son transparentes, pintadas mediante incisiones que le dan el aspecto de un grabado. Mezcla elementos budistas, fenicios, bizantinos, románicos, etc. Todo ello para conseguir un efecto decorativo muy recargado, acorde con la idea que se tenía en la época del esplendor de un palacio oriental. Salomé está desnuda, con algunos velos y la corona. Tras ella se adivina la silueta transparente de Herodes, ataviado como un rey persa. La cabeza flota en el aire, chorreando sangre y despojos. Un halo blanquecino la rodea y la aureola en forma de cruz indica su santidad y su anuncio de la llegada de Cristo. Los entusiastas de esta obra fueron los poetas y escritores simbolistas, entre cuyas alabanzas destacan las de Mallarmé, Huysman y Oscar Wilde. Por contra, los críticos de Moreau consideraron que esta visión era la de un loco y es que probablemente Moreau era un fumador de opio, lo que explicaba sus visiones alucinadas.
2. HERCULES Y LA HIDRA DE LERNA: En Hercules y la Hidra de Lerna toma un tema sujeto a lo académico, por su mitología. Es una acuarela que muestra al héroe inmediatamente antes de la batalla, de manera que excite la imaginación del espectador. Aparecen los cadáveres de quienes antes intentaron la hazaña en contraste con el cuerpo y tono de piel de Hércules, en relación con ese gusto a lo putrefacto de todo el fin de siglo y con “La balsa de la Medusa” de Géricault, siendo un redero de los románticos a través de su maestro Chassériau. La puesta en escena es densa, con tonos ocres y beiges que se descomponen en esta actitud pasiva, en contra de los grandes cuadros académicos, que prefieren la acción, el clímax de la batalla. El paisaje es absolutamente contrario al Impresionista, sin relación con la realidad; es un paisaje mental, en las dimensiones del sueño.
3.JASON: Jasón es un héroe mitológico griego. Era hijo de Eson y de Alcimeda, rey de Yolcos, quien fue destronado por su hermano Pelias. Éste fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia porque pondría en peligro su trono. Jasón fue educado por el centauro Quirón hasta que fue adulto. Cuando Jasón cumplió los veinte años, se dirigió a Yolcos dispueto a recuperar el trono que por herencia le pertenecía. En el camino, tuvo que cruzar un río donde perdió una de sus sandalias. Al llegar a la ciudad, fue llamado por su tío Pelias y éste, al darse cuenta de que aquél podía ser el hombre que anunciaba el oráculo, decidió alejarlo de su tierra enviándolo a una difícil misión: viajar hasta la Cólquida (al pie del Cáucaso ), y traer de allí el vellocino de oro, que había sido la piel de un carnero fabuloso que había salvado la vida a Frixo, antepasado de Pelias, y lo había trasladado a la Cólquida. Allí Frixo ofreció en sacrificio a Zeus este carnero y luego regaló la piel del animal, que era de oro, al rey Eetes, que lo depositó en un árbol custodiado por dos toros que arrojaban fuego por la boca y una serpiente que nunca dormía.
a). PUVIS DE CHAVANNES (1824-1898) "Sus obras presentan una atmósfera de quietud. Parecen visiones que van más allá del tiempo y del espacio".
Este artista francés de fines del siglo XIX tuvo dos maestros de excepción, Delacroix y Couture. Sus modelos durante el aprendizaje fueron los propuestos por Poussin, Ingres y Chassériau. Sin embargo, su estilo carece de la fuerza incisiva de aquéllos y no experimenta con la composición ni con los elementos de la obra. Por lo tanto, realizó una pintura floja pero estéticamente muy depurada, centrada en aspectos anecdóticos o sentimentales de la historia. Su estilo alcanzó un enorme éxito en su época. Al mismo tiempo que él trabajaron los impresionistas, sobre los que no llegó a ejercer apenas influencia, ni tampoco asimiló sus novedades. Tan sólo puede apreciarse alguna relación con Gauguin y los pintores nabis. Sus obras más recordadas lo son por su aspecto ilusionista: trabajó un material llamado "marouflage", que no era sino un gran lienzo monumental que se encolaba al muro, fingiendo ser un mural auténtico. Sus obras eran muy decorativas, siguiendo las pautas del simbolismo.
4. TIERRA PLACENTERA: La tradición de figuras clásicas extraídas de la estatuaria grecorromana había sido iniciada en el neoclasicismo de David e Ingres. Puvis de Chavannes, artista de enorme éxito en Francia a finales del siglo XIX, adoptó esta estética irreal, fría, serena y vulgarizada de los temas de la Antigüedad. Ya Ingres había desmitificado los grandes temas de la historia contemplándolos desde el punto de vista de lo cotidiano o lo anecdótico. Puvis va más allá, pues ni siquiera elige un tema sino que recrea una escena ideal y genérica sobre la idea que se tenía entonces de la época clásica. Así, en un lugar costero, ante un denso mar azul surcado por velas blancas, un grupo de mujeres ataviadas con túnicas griegas descansa y charla mientras sus chiquillos juegan. Transformando simplemente las vestiduras, podríamos estar en una playa de moda de Francia, con las elegantes damas tumbadas contemplando regatas. Este disfraz clasicista de una escena completamente anodina tuvo mucho éxito en su época, entre los conservadores pero también entre los vanguardistas, que apreciaban la serenidad y equilibrio de esta pintura.
5. BOSQUE SAGRADO: El autor de esta obra se caracteriza por estas versiones edulcoradas de los temas de la Antigüedad. Su intención no es otra que la decoración y el alarde de virtuosismo técnico. Podemos encontrar varias copias directas de estatuas antiguas, como la musa que está de espaldas con la túnica subida a las caderas, la que tiene el brazo en alto, etc. Puvis de Chavannes pinta a las nueve musas de las artes y a las tres alegorías de las Bellas Artes como un grupo de jovencitas que remolonean por un bosque idílico. Los pintores de vanguardia hicieron parodias de esta obra insulsa, como Toulouse Lautrec, aunque el tema de la vida idílica en la naturaleza caló hondo entre algunos de ellos, como Matisse o Derain, pero con un significado diferente al de la inocua mirada de Puvis de Chavannes.
6. LA ESPERANZA: El pintor representa la esperanza bajo los rasgos de una chica joven desnuda, sentada encima de un túmulo cubierto con un drapeado blanco. Se destaca en un paisaje de desolación donde la arquitectura en ruinas y las cruces de fortuna, de los cementerios improvisados, evocan el conflicto. No obstante, varios elementos del cuadro indican que ha llegado una muy prometedora nueva era. El ramo de olivo que sostiene la joven simboliza la paz reencontrada, mientras que la claridad que se adivina detrás de las colinas, evoca el alba de un nuevo día. Las flores que crecen a través de las piedras del túmulo también indican este renacimiento. La ausencia de representación de cualquier detalle histórico proporciona a la pintura el valor de símbolo universal.La composición simplificada de la obra, la utilización de colores mates y la ausencia de modelado, son característicos de la manera de Puvis de Chavannes.c) ODILON REDÓN (1840-1916) "Toda mi originalidad consiste en dar vida, de una manera humana, a seres inverosímiles y hacerlos vivir según las leyes de lo verosímil, poniendo, dentro de lo posible, la lógica de lo visible al servicio de lo invisible".
Pintor y litógrafo francés Nació en Burdeos. Sus álbumes de litografías, En el sueño (1879) y La noche (1886), muestran una dramática gama de color desde negros oscuros a blancos vivos. En estos trabajos, Redon, como sus amigos los escritores simbolistas, procuró dar forma a sus ideas, en especial a sus propios pensamientos, emociones y sueños. La literatura y la biología le sirvieron también como temas de inspiración. A partir de 1890, empezó a pintar óleos y pasteles. Sus flores de colores brillantes, paisajes y temas literarios tienen una cualidad romántica, de ensueño, como en Vaso de Flores (1914, Museo de Arte Moderno de Nueva York) y Orfeo (1903, Museo de Arte de Cleveland).
OBRAS:
7. HOMBRE CACTUS: Siglos XIX y XX. Simbolismo

PERIODO OBSCURO: La nota que caracteriza la producción de Redon durante los tres lustro sque van desde este año al de 1890 es la total supresión del color. Litografías, dibujos a lápiz y, sobre todo, a carboncillo constituyen un conjunto que Redon denominó Los Negros. En un escenario artístico como el francés de los años ochenta, totalmente dominado por el color, la sombría austeridad de esta obra no podía encontrar muchos compradores.
8. OJOS CERRADOS: Ejemplos del nuevo espíritu son obras como Oannes o Los ojos cerrados, ambas de ese año, óleos que reproducen motivos ya representados en blanco y negro. Desde 1895 el pintor se consagra a la pintura al óleo y al pastel y su obra gira alrededor de una serie de temas recurrentes, como los jarrones de flores, la mitología, los cuadros de tema religioso o la representación de la figura humana. Su actitud de artista original y comprometido con sus ideas -que le llevara en 1884 a la presidencia del grupo de los Independientes- le granjea la admiración de la nueva generación de pintores, especialmente de los que componen el grupo de los nabis, quienes, tras la marcha de Gauguin a Tahití en 1891, le adoptan como maestro. Poco a poco, su obra va perdiendo el carácter minoritario, hecho que se constata en su participación con cuarenta obras en la Exposición Internacional de Arte Moderno de Nueva York de 1913, el famoso Armory Show. En 1916, Redon encuentra la muerte, una vieja amiga con la que durante toda su vida mantendría una ambigua relación de amor y odio.
9. CALIBAN: En los años setenta, período de los "negros" (dibujos al carbón), Odilon Redon trata temas literarios, fantásticos y visionarios en los que se expresan sus búsquedas metafísicas, antes de reanudar con el color a principios de los años 80. Calibán, el personaje de La Tempestad de William Shakespeare, constituyó un tema de importante inspiración en la creación de Redon, retomado en varias obras, entre las cuales una pintura más tardía (hacia 1895-1900) y de formato pequeño, El sueño de Calibán Iniciado en el darvinismo y en las teorías científicas contemporáneas sobre la mutación de los seres vivos, Redon interpreta el mito del salvaje del renacimiento elisabetano a través de la representación de este extraño personaje, ser híbrido íntimamente vinculado al mundo vegetal. El Museo de Orsay posee una colección excepcional de obras de Odilon Redon gracias a la donación de Aïri (hijo del artista) y de Suzanne Redon. 
No hay comentarios:
Publicar un comentario